Puerto Rico amaneció este martes con siete nuevas muertes por COVID-19, a la vez que la cantidad de hospitalizaciones asociadas al virus aumentó a 406, lo que se traduce en 19 más que ayer, informó el Departamento de Salud.
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SUSCRIBITEPuerto Rico amaneció este martes con siete nuevas muertes por COVID-19, a la vez que la cantidad de hospitalizaciones asociadas al virus aumentó a 406, lo que se traduce en 19 más que ayer, informó el Departamento de Salud.
La agencia detalló que los fallecimientos ocurrieron entre el 6 y el 12 de abril.
Muertes informadas:
“El total acumulado de muertes puede ser ajustado de acuerdo con el protocolo establecido por el Departamento de Salud, en consonancia con las pautas establecidas por CDC/NCHS y los criterios de estadísticas vitales de una defunción asociada con COVID-19, para la revisión de las muertes asociadas a COVID-19″, sostuvo Salud en su informe.
Entretanto, el total de 406 pacientes hospitalizados por el virus se divide entre 385 adultos y 21 pediátricos. Se informó que 81 adultos están recluidos en una Unidad de Cuidados Intensivos, mientras que 55 permanecen conectados a un respirador artificial. Dos menores también están recluidos en intensivo, uno más que comparación con ayer.
Hasta hoy, los hospitales del país cuentan con 212 camas de intensivo y 958 respiradores artificiales disponibles para adultos.
Según la dependencia, el término de caso positivo confirmado hace referencia a los contagios cuyo resultado fue validado mediante una prueba PCR (molecular). El caso probable es aquel cuyo resultado positivo a la enfermedad se obtuvo mediante prueba de antígenos. Mientras, los casos sospechosos, también conocidos como resultados de anticuerpos, son aquellos que arrojaron positivo a la prueba serológica, y no tienen una prueba molecular o antígenos positiva.
Además, Salud explicó una muerte confirmada por COVID-19 corresponde al deceso de una persona con una o más pruebas moleculares positivas. La muerte probable es aquel deceso de un paciente que fue diagnosticado con COVID-19 mediante una prueba de antígenos o que su su cuadro clínico reúne los criterios para creer que padecía de COVID-19, pero nunca tuvo una prueba molecular o de antígenos para detectar el virus. Mientras, la muerte sospechosa se refiere al fallecimiento de una persona en la que se detecta un anticuerpo específico en suero, plasma o mediante una prueba serológica con su sangre.
FUENTE: elnuevodia.com
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