La cifra marca un aumento con respecto a los 157.000 empleos creados en julio y a la vez una ralentización en la tasa de contratación con respecto a meses anteriores. De junio a agosto, la economía añadió 449.000 puestos de trabajo, el total trimestral más bajo en tres años.
El reporte del viernes del Departamento del Trabajo muestra que la tasa de desempleo subió de 3,5% a 3,8%, el nivel más alto desde febrero de 2022, aunque sigue siendo históricamente baja.
No obstante, la tasa aumentó por una razón alentadora: Un número considerable de personas —736.000— empezaron a buscar trabajo el mes pasado, la mayor cantidad desde enero, y no todas encontraron empleo de inmediato. Sólo se consideran desempleados quienes buscan activamente un empleo.
De hecho, la proporción de estadounidenses que tienen un trabajo o están buscando uno aumentó en agosto al 62,8%, el nivel más alto desde febrero de 2020, antes que la pandemia de COVID-19 golpeara la economía estadounidense.
El optimismo acerca de un aterrizaje suave ha estado creciendo. La economía, aunque aumenta más lentamente que durante el boom que siguió a la recesión de la pandemia de 2020, ha desafiado la presión del alza creciente de los costos de los préstamos. El producto interno bruto —la producción total de bienes y servicios de la economía— subió a un respetable 2,1% anual en el trimestre abril-junio. Los consumidores siguen gastando y las empresas aumentaron sus inversiones.
Hasta ahora, el mercado laboral se ha enfriado de la manera menos dolorosa posible, con escasos despidos. El Departamento de Trabajo informó el jueves que el número de solicitudes de prestaciones por desempleo —un índice indirecto de la reducción de empleos— cayó por tercera semana consecutiva.
FUENTE: Associated Press