Las muertes asociadas al coronavirus (covid-19) en Puerto Rico entre marzo y julio de 2020 podrían ser el doble de las reportadas por el Departamento de Salud (DS), ya que no se contabilizaron los decesos indirectos que pudieron haber sido provocados por la pandemia, según un estudio publicado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI, por sus siglas en inglés).
“Presumimos que las personas en Puerto Rico podrían haber retrasado o evitado la atención médica debido a preocupaciones sobre la exposición al covid-19. La demora o la evitación podrían haber exacerbado condiciones crónicas no controladas o infecciones circulantes, como lo demuestran las condiciones que contribuyeron a la muerte indicadas en los certificados de defunción”, establece el estudio publicado el 17 de febrero.
El NCBI es una división de la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM) de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), adscritos al Departamento de Salud de Estados Unidos.
De acuerdo con los investigadores, en el periodo de marzo a julio de 2020 se registraron 225 muertes asociadas al covid-19, de las cuales 119 fueron decesos confirmados y 106 probables. Sin embargo, en ese mismo periodo, un total de 863 muertes fueron reportadas al Centro Nacional de Estadística de Salud (NCHS) y al DS.
El secretario de Salud, Carlos Mellado, expresó que siempre que ocurre un deceso en Puerto Rico se tiene que certificar y se tiene que registrar en el Registro Demográfico. “Yo puedo tener una hipótesis de que este año ocurrieron más muertes por quizás la falta de acceso a servicios de salud por el miedo que tenían a una sala de emergencia y eso es algo que se tiene que ver al final del año si a eso es lo que se refiere el estudio. No lo sé, tendría que leerlo”, expresó Mellado en conferencia de prensa y a preguntas de EL VOCERO.
En cambio, el doctor en salud pública, José Antonio Torres, indicó que hay que recordar que al principio de la pandemia siempre hubo problemas para conseguir la prueba diagnóstica y los tratamientos, algo que pudo incidir en el aumento de muertes.
“Al principio de la pandemia, la manera de diagnosticar y de saber específicamente qué era un síndrome respiratorio agudo en algunas personas y qué era un síndrome respiratorio y un síndrome que afectaba a todos los órganos, pues ese conocimiento lo hemos adquirido mes a mes. En los primeros meses muchas personas pudieron haber muerto sin haber tenido el diagnóstico exacto con relación a covid-19”, explicó.
Torres destacó que hay que trabajar para que en Puerto Rico mueran menos personas por covid-19. Manifestó que científicamente Puerto Rico tiene la capacidad de tener mayores tratamientos disponibles. “Nos hemos —hasta cierto punto como dicen algunos— deshumanizados, donde miramos las muertes por un número y hoy contamos cinco, 11, 21 y cuatro, pero la gente se ha desconectado en cómo impactan esas muertes en la sociedad, en la familia y al puertorriqueño de a pie”, sostuvo.
La Isla ya supera las 2,000 muertes
Puerto Rico alcanzó ayer las 2,007 muertes acumuladas por covid-19, luego de que Salud añadiera 21 fallecimientos que ocurrieron entre noviembre de 2020 y febrero de 2021. Sin embargo, el número podría ser mayor si se toma en consideración los datos incluidos en el estudio recién publicado.
De acuerdo con el estudio, por ejemplo, la mediana de edad de las personas que murieron de covid-19 fue de 73 y la distribución porcentual más alta por rangos de edad —en años— fue de 75-84 (27.1%), 65-74 (23.1%), 50-64 (19.1%) y mayores de 85 (18.7%).
Se destaca que el mayor porcentaje de muertes por covid-19 ocurrió en la región metropolitana (26.7%), seguida de la región de Mayagüez (15.6%) y la región de Ponce (13.8%).
De las 225 muertes por covid-19, 188 (83.6%) fallecidos habían sido hospitalizados y 93 (41.3%) requirieron ventilación mecánica. Según los certificados de defunción analizados por los investigadores del estudio, las afecciones más frecuentes que contribuyeron a la muerte por covid-19 fueron influenza y neumonía (48.0%), sepsis (28.9%) e insuficiencia respiratoria (27.1%).
“Los resultados de nuestro análisis sugieren que muchas muertes asociadas a covid-19 en Puerto Rico durante la pandemia se pasaron por alto, aproximadamente dos veces más de lo que se informó originalmente. Durante el período de estudio, es posible que no se hayan contado hasta 413 muertes asociadas a covid-19”, establece el estudio.
Los datos para el estudio fueron obtenidos del Sistema de Vigilancia de Mortalidad covid-19 de Salud, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y del Centro Nacional de Estadísticas de Salud.
Los investigadores son del CDC y de Salud y los profesionales que trabajaron el estudio son: Alejandro Azofeifa, Diana Valencia, Carmen Rodríguez, Maritza Cruz, Devin Hayes, Edén Montañez Báez, Betzaida Tejada, Joshua Villafañe, Jessica Cabrera y Miguel Valencia.
“Incluir muertes probables según las pautas del CSTE (Consejo de Epidemiólogos Estatales y Territoriales) y monitorear el exceso de mortalidad por todas las causas puede conducir a una mejor estimación de las muertes asociadas a covid-19 y servir como modelo para mejorar la vigilancia de la mortalidad en otras jurisdicciones de Estados Unidos”, establece el artículo como parte de las conclusiones.
En el estudio se plantea que en Puerto Rico la muerte por covid-19 es un evento que tiene que ser notificado al Sistema de Vigilancia de Mortalidad de Salud.
“La clasificación precisa de las muertes asociadas a covid-19 (confirmadas y probables) puede variar según la fuente de notificación y, en algunos casos, requiere la revisión de un equipo multidisciplinario en el Departamento de Salud de Puerto Rico. Sin embargo, contar solo las muertes confirmadas y probables asociadas a covid-19 podría subestimar el número de muertes atribuidas a la pandemia”, se menciona como parte del análisis científico.
En ese aspecto, se revela que el Sistema de Vigilancia de Mortalidad no cuenta las muertes cuando no están directamente asociadas con infecciones por SARS-CoV-2, como los fallecimientos que ocurren fuera de un entorno de atención médica o las clasificadas erróneamente por el proveedor de atención médica que lo atiende, lo que puede contribuir a una subestimación de las muertes asociadas a covid-19.
FUENTE: elvocero.com