La reducción de centros de trabajo, el cierre de programas especializados y la baja compensación en comparación con otras jurisdicciones continúan agravando la disponibilidad de profesionales de la salud en Puerto Rico.
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SUSCRIBITELa reducción de centros de trabajo, el cierre de programas especializados y la baja compensación en comparación con otras jurisdicciones continúan agravando la disponibilidad de profesionales de la salud en Puerto Rico.
Según representantes del sector salubrista, la crisis es cada vez mayor y reiteran su reclamo para que la Legislatura realice esfuerzos para atender el asunto y que los nuevos profesionales se queden en la Isla. Además, señalaron que cada vez son menos los estudiantes que ingresan a las escuelas de medicina del País.
Carlos Díaz Vélez, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, informó que en Puerto Rico han cerrado 32 programas de especialidad y subespecialidad.
“Cuando yo me gradué en 1993, habíamos 16 cardiólogos que salían todos los años de los programas de Cardiología de Puerto Rico. Hoy lo que salen son seis, y así pasa en todas las especialidades”, añadió.
“Ha habido una reducción de estudiantes en las escuelas de medicina, aunque tenemos casi 380 médicos que salen de las cuatro escuelas de medicina del País, pero no hay suficientes plazas de especialistas y subespecialistas para que esos muchachos se queden en Puerto Rico”, abundó.
A su juicio, hay que aumentar las plazas disponibles “y eso se hace con recursos económicos y buscando que las organizaciones privadas le den mayor apertura a los recién graduados para que se entrenen en las instalaciones. También hay que certificar esas instalaciones, que tienen facultades excelentes. Vamos a darle ese dinero al sector privado para que aumenten las plazas disponibles”, planteó.
Según se indicó, hay instituciones hospitalarias haciendo lo posible para solventar la falta de práctica de los estudiantes.
En febrero, EL VOCERO reportó que la Administración de Servicios Médicos (ASEM) tiene un proyecto piloto de adiestramiento en enfermería, con simuladores y personal de experiencia, para dar mentoría a quienes durante la pandemia no realizaron los laboratorios necesarios para ganar confianza al realizar su labor.
Se informó que 15 enfermeras habían pasado por la “escuelita” y que estaban más confiadas al comenzar a trabajar. El programa también beneficia a quienes necesiten repasar las destrezas.
Rechazo a residencia criolla
El Colegio de Médicos Cirujanos es una de las organizaciones que está en contra del Proyecto del Senado 1134, que propone facultar a la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica (JLDM) para que reconozca cualquier programa de residencia estatal, expida la certificación de especialidad y subespecialidad en medicina y establezca una cláusula general de reserva de derechos.
Esto permitiría que la junta expida la certificación de especialistas a los médicos emergenciólogos y la certificación como médico de cuidado primario y acupunturista, entre otras, según la exposición de motivos.
“Crear una estructura paralela de residencia y subespecialistas criollos no es la solución; es mantener el estándar de excelencia de la nación americana como la tenemos hasta ahora nosotros, con las cuatro escuelas de medicina acreditadas por Acgme. No es improvisar y tocar lo que está bien hecho”, sentenció Díaz Vélez.
“Nosotros le dimos al gobierno 15 propuestas para evitar el éxodo de los médicos, pero eso está en la Legislatura y no se articula nada”, agregó. “Tiene que haber voluntad. Los que tienen el poder tienen que sentarse en la mesa y buscar el dinero donde no lo hay”, señaló.
Sugirió que si el asunto es por falta de fondos, se debe crear un fideicomiso para que organizaciones públicas y privadas den fondos para crear las plazas nuevas. “Por otro lado, ¿por qué no buscan los sobrantes de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE), de la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA), y ponerlos en el fideicomiso? Y también está el famoso marbete… ¿por qué no ponemos por dos o tres años un marbete para educación médica?”, propuso. “La gente lo va a pagar con gusto, porque es para crear cosas positivas para la salud”, indicó.
“El dinero se puede conseguir para crear plazas y el gobierno tiene que certificar las áreas privadas para que haya un sitio de entrenamiento para estos estudiantes”, agregó el cardiólogo.
Menos los estudiantes
El presidente del Colegio de Tecnólogos Médicos de Puerto Rico, Freddie Vargas, también confirmó que hay menos aspirantes a esta profesión en las cinco escuelas de tecnología médica y recordó que “antes se quedaban esperando por un cupo” para ingresar.
Vargas señaló que los índices académicos para las diferentes profesiones tienden a flexibilizarse.
“Antes un mayor número de estudiantes pasaban la reválida a la primera, pero últimamente el porciento ha bajado, aunque no es un porciento crítico”, afirmó.
Destacó que los nuevos profesionales son buenos y agregó que “las escuelas de tecnología médica está bien preparadas, y dan el máximo por sacar lo mejor de los estudiantes. Los profesores de tecnología médica son tecnólogos también, y doy fe de que su preparación es una de excelencia”.
“En términos de la práctica, hay un choque generacional, pero no dejan de ser buenos profesionales”, aseguró.
Carga de trabajo y paga
En la enfermería, una de las más necesarias en los hospitales, los profesionales no se sienten respaldados por las instituciones ni el gobierno y están abandonando el País, de acuerdo con Juan Carlos del Valle, enfermero graduado que ha defendido en varios foros la profesión.
Expresó a EL VOCERO que lleva tres años denunciando la sobrecarga laboral, la falta de personal y los bajos salarios.
“En Florida o Texas, por ejemplo, ofrecen hospedaje por un año, bonos de reclutamiento y salarios que sobrepasan los $40,000. Cuando ves eso versus lo que vemos en Puerto Rico —que no alcanza para cubrir el costo de vida— es bien difícil ejercer la profesión y nos ha llevado a emigrar y a abandonar las áreas hospitalarias”, denunció.
Aunque Del Valle aseguró que quiere quedarse en la Isla, la falta de buena remuneración lo sacó del área hospitalaria y lo llevó a trabajar en un hospicio bajo servicios profesionales.
“¿Que estoy pensando en irme? Sí, porque con servicios profesionales no tienes plan médico o dental o vacaciones. Estoy joven y uno piensa que tiene que aportar al Seguro Social, y trabajar en Puerto Rico no está siendo costo-eficiente”, afirmó.
“Ahora que nos necesitan se les está haciendo difícil reclutar personal que esté dispuesto a trabajar con 10, 15 o 30 pacientes; el enfermero de hoy en día se está capacitando para adquirir experiencia de dos años e irse del País”, apuntó.
Según Del Valle, la crisis en el sistema de salud afecta a los pacientes y “la responsabilidad está en el gobierno y en el Departamento de Salud, y en las administraciones hospitalarias que no ofrecen ofertas de empleo para retener” a estos profesionales.
“Ahora está el Proyecto del Senado 1035 que busca minimizar la cantidad de pacientes por enfermero, pero está allí engavetado cogiendo polvo. ¿Qué están haciendo por los profesionales de la salud? Hay que ver qué va a decir el gobernador Pedro Pierluisi (en su Mensaje de Situación del Estado) sobre el sistema de salud, porque la situación es lamentable”, concluyó Del Valle.
FUENTE: elvocero.com
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