El secretario del Departamento de Agricultura, Carlos Flores y el presidente de la Asociación de Agricultores, Héctor Cordero, aseguraron a EL VOCERO que las lluvias y vientos sostenidos por encima de las 30 millas por hora resultaron ser catastróficos para la agricultura, principalmente el sector de farináceos. Aunque se desconoce el saldo real de las pérdidas -ya que durante el día de ayer gran parte de los agricultores no pudo acceder a sus fincas, por lo que no han podido cuantificar los daños-, hasta el momento los daños más visibles se han registrado en las regiones montañosas como Aguas Buenas, Comerío, Cidra y la parte oeste de la Isla. “Hasta mañana no se tendrá un cuadro real de los daños. Lo lamentable, es que ante cualquier fenómeno atmosférico que pase por la Isla no se puede hacer nada para salvar este tipo de siembra, el cual cede ante cualquier viento que supere las 30 millas por hora”, sostuvo Flores.