Según publica Diario de Cuba, Una supuesta broma de jóvenes cubanos disfrazados con capuchas del Ku-Klux-Klan y preguntando "¿dónde están los negros?" ha provocado indignación en las redes sociales y ha sido aprovechada por las autoridades del Gobierno e intelectuales, que calificaron lo sucedido de "racismo" y "colonialismo cultural". Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes, en Holguín, en medio de celebraciones de Halloween.
Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, escribió en su cuenta en la red social Twitter: "Me pregunto cómo se puede permanecer impasible frente a expresiones de colonialismo cultural y de racismo como esta. ¿Ingenuidad? Si esto no nos duele, no nos preocupa, no nos indigna, no nos moviliza, ¿cómo sentirnos dignos, hombres y mujeres de bien, revolucionarios, patriotas?".
El vice ministro Fernando Rojas señaló en la misma plataforma que "decenas de personas, en pocas horas, han expresado su rechazo y preocupación" y añadió que es "imprescindible denunciar el hecho y reflexionar, con tino y firmeza a la vez", aunque el Gobierno es sistemáticamente acusado de no promover políticas efectivas contra el racismo y de esquivar la discusión sobre el racismo institucional en Cuba.
https://twitter.com/AlpidioAlonsoG/status/1586749051210530818
Lino E. Verdecia Calunga, presidente en Holguín de la Comisión Aponte de la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), precisó que la irrupción de los jóvenes disfrazados ocurrió en la concurrida esquina de las calles Martí y Manduley (Libertad) de esa ciudad oriental.
El investigador cubano afirmó que en esa ciudad, "en otros años, en sitios y espacios de recreación se han utilizado referencias al Halloween para atraer clientes".
https://twitter.com/CarlosFdeCossio/status/1586772217009872896
"Obviamente, nuestra filial rechaza todo tipo de manifestación discriminatoria, desde las sutiles formas que sabemos subsisten y aun más con expresiones burdas, copiadas e influidas para perjudicar sentimientos y realizar acciones que denigren la unidad étnica del pueblo cubano", concluyó.
Para la musicógrafa cubana Rosa Marquetti, los autores de la acción burlesca "merecen una sanción penal". La investigadora dijo en un comentario en la denuncia de Verdecia Calunga que "portar esos símbolos del horror debe ser considerado incitación al odio".
"El racismo está en las personas que lo reciben de herencia en su formación. Los gobiernos tienen que tomar acciones legales para que no se materialice en la sociedad. Si estos tipejos de Holguin se disfrazaron con todos los atributos de esa sanguinaria agrupación supremacista norteamericana, y, como me contaron, gritaban: ¿Dónde están los negros?, yo pregunto: ¿dónde estaban las autoridades y la Policía, tan prestas a limitar, suspender o reprimir otras manifestaciones públicas?", reflexionó Marquetti en otra publicación en su propio perfil.
"Esto es muy grave y un signo de la involución indetenible a la que nos están y nos estamos dejando arrastrar", añadió.
El Consejo Provincial de las Artes Escénicas en Holguín declaró, a través de una respuesta en Twitter a la denuncia del ministro: "Ante los sucesos ocurridos en nuestra provincia a propósito de Halloween, repudia las manifestaciones racistas o xenófobas, ajenas a los valores identitarios y profundamente humanos y martianos de nuestra Revolución."
El diario oficial Granma calificó "esta expresión pública" como "absolutamente inadmisible" y también pidió llevar al terreno penal lo ocurrido.
"Mucho más inadmisible, la pasividad y la permisividad que arroparon el acto. No se puede ignorar que las manifestaciones racistas son punibles en la legislación penal cubana. Hay que ir más allá de lo anecdótico, aun cuando, insisto, está por ver la respuesta institucional y legal ante el hecho", escribió el periodista oficialista Pedro de la Hoz.
"En todo caso, lo sucedido nos revela los vasos comunicantes entre una ideología repudiable y ajena a los valores éticos ciudadanos de nuestra sociedad y la asimilación acrítica de modelos culturales de consumo que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia", añadió.
La fiesta de Halloween se ha insertado en Cuba entre la población joven y se viene celebrando desde hace algunos años con más fuerza en los círculos de mayor poder adquisitivo en la Isla. Sandro Castro, nieto de Fidel Castro, emprendedor y propietario de establecimientos nocturnos de fama en La Habana, ha promovido estas celebraciones en sus negocios con toda la parafernalia que conlleva.
En 2017, la revista oficial La Jiribilla atacó la celebración en nombre de costumbres, tradiciones culturales y prácticas religiosas que después de 1959 fueron silenciadas, invisibilizadas, perseguidas, censuradas.
Más tarde, el exministro de Cultura Abel Prieto se pronunció de manera similar en un artículo en Granma en el que se quejó sobre el renacer en Cuba de la "identificación entre lo yanqui y lo moderno", acerca de la utilización de símbolos de EEUU para atraer.
FUENTE: diariodecuba.com