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Siria

Choques entre fuerzas gubernamentales y leales a Assad dejan más de 200 muertos en Siria

BEIRUT (AP) — Combatientes que apoyan al nuevo gobierno de Siria asaltaron tres aldeas cerca de la costa del país, matando a decenas de hombres en respuesta a recientes ataques contra las fuerzas de seguridad gubernamentales por parte de leales al expresidente derrocado Bashar Assad, indicó un grupo que monitorea la guerra.

Los asaltos a las aldeas comenzaron el jueves y continuaron el viernes. Los enfrentamientos en curso entre las dos partes han marcado la peor violencia desde que el gobierno de Assad fue derrocado a principios de diciembre por grupos insurgentes liderados por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham. El nuevo gobierno ha prometido unir a Siria después de 14 años de guerra civil.

Casi 200 personas han muerto desde que estallaron los combates, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido. Además de los 69 muertos en las aldeas, los fallecidos incluyen al menos 50 miembros de las fuerzas gubernamentales de Siria y 45 combatientes leales a Assad. El conflicto civil que ha estado asolando Siria desde marzo de 2011 ha dejado más de medio millón de muertos y millones de desplazados.

Los enfrentamientos más recientes comenzaron cuando las fuerzas gubernamentales intentaron detener a una persona buscada cerca de la ciudad costera de Jableh el jueves y fueron emboscadas por leales a Assad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El jueves y el viernes, hombres armados leales al nuevo gobierno asaltaron las aldeas de Sheer, Mukhtariyeh y Haffah cerca de la costa, matando a 69 hombres, pero sin atacar a mujeres, según el observatorio.

Otras 60 personas murieron en la ciudad de Baniyas, entre ellas mujeres y niños, según el observatorio.

Las autoridades sirias no publicaron un número de muertos, pero la agencia estatal de noticias de Siria, SANA, citó a un funcionario de seguridad no identificado diciendo que numerosas personas fueron a la costa buscando venganza por recientes ataques a las fuerzas de seguridad gubernamentales. El funcionario dijo que las acciones “llevaron a algunas violaciones individuales y estamos trabajando para detenerlas”.

El presidente interino, Ahmad al-Sharaa, pidió en un video a los grupos armados afines al anterior gobierno que entregaran sus armas y a los leales al nuevo gobierno que evitaran atacar a civiles o maltratar a prisioneros.

"Cuando comprometemos nuestra ética, nos reducimos al mismo nivel que nuestro enemigo", afirmó. "Los restos del régimen caído buscan una provocación que conduzca a violaciones tras las que puedan refugiarse".

Durante la noche, Damasco envió refuerzos a las ciudades costeras de Latakia y Tartus y a aldeas cercanas que son hogar de la secta minoritaria alauita de Assad y constituyen su base de apoyo desde hace mucho tiempo. Un toque de queda seguía en vigor en Latakia y otras áreas costeras.

Durante el gobierno de Assad, los alauitas ocupaban altos cargos en el ejército y las agencias de seguridad. El nuevo gobierno ha culpado a sus leales por los ataques de las últimas semanas contra las nuevas fuerzas de seguridad del país. También ha habido algunos ataques contra alauitas en las últimas semanas, aunque el nuevo gobierno dice que no permitirá castigos colectivos o venganzas sectarias.

Hasta el viernes, el observatorio dijo que Jableh y la ciudad costera de Baniyas seguían bajo el control de leales a Assad, junto con otras aldeas alauitas cercanas y la ciudad natal de Assad, Qardaha, en las montañas que dominan Latakia.

Un residente de Qardaha contó a The Associated Press por mensaje de texto que las fuerzas gubernamentales estaban disparando con ametralladoras pesadas en zonas residenciales. Otro dijo que no han podido salir de sus casas desde el jueves por la tarde debido a la intensidad de los tiroteos. Ambos hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias.

Gregory Waters, investigador asociado del Instituto del Oriente Medio que ha investigado las áreas costeras de Siria, dijo que no espera que el estallido se convierta en combates sostenidos entre las dos partes. Sin embargo, expresó su preocupación de que pueda avivar ciclos de violencia entre diferentes comunidades civiles que viven a lo largo de la costa.

Además, cualquier violación por parte de las fuerzas de seguridad enviadas desde Damasco dejará a los jóvenes alauitas más temerosos del nuevo gobierno y más propensos a tomar las armas, resaltó Waters.

En Damasco, una multitud se reunió bajo la lluvia en la Plaza de los Omeyas para mostrar su apoyo al nuevo gobierno.

“Ya hemos tenido suficiente de largos períodos de guerras y tragedias”, dijo el jubilado Mazen Abdelmajeed. Culpó de la violencia a los remanentes del antiguo régimen y dijo que la unidad de Siria debe ser preservada.

“Nadie quiere que ocurra una guerra civil”, dijo. “No estamos en contra de ninguno de los componentes del pueblo sirio... Todos somos un solo pueblo sirio”.

Qutaiba Idlbi, investigador del centro de estudios Atlantic Council, afirmó que, aparte del peligro de una escalada sectaria, la violencia había puesto de manifiesto un “importante reto de seguridad para el gobierno en cuanto a su posible incapacidad para hacer frente a múltiples amenazas a la seguridad en múltiples frentes en todo el país”. Los grupos armados opuestos a las nuevas autoridades podrían tomar nota de ello, afirmó.

Decenas de personas se congregaron el viernes frente a la principal base aérea rusa en Siria, cerca de Jableh, pidiendo protección a Moscú. Rusia se unió al conflicto de Siria en 2015, apoyando a Assad, aunque ha creado lazos con las nuevas autoridades tras su caída. Assad ha estado viviendo en Moscú desde que dejó Siria en diciembre.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo en un comunicado escrito que Moscú está “coordinando estrechamente los esfuerzos con socios extranjeros en interés de una rápida desescalada de la situación”.

“Reafirmamos nuestra posición de principio en apoyo de la soberanía, unidad e integridad territorial de la República Árabe Siria”, dijo el comunicado. “Esperamos que todos los estados que tienen influencia en la situación en Siria contribuyan a su normalización”.

Turquía, que respaldó a los insurgentes cuando Assad aún estaba en el poder, advirtió el viernes que los combates actuales representan una seria amenaza para el nuevo gobierno.

“Se están realizando esfuerzos intensivos para establecer seguridad y estabilidad en Siria”, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, Oncu Keceli, en una publicación en X. “En este momento crítico, el ataque a las fuerzas de seguridad podría socavar los esfuerzos para llevar a Siria hacia el futuro en unidad y solidaridad”.

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Los periodistas de The Associated Press Omar Albam en Latakia, Siria, y Mariam Fam en Damasco, Siria, contribuyeron a este despacho.

Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

FUENTE: Associated Press

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