Anthony Salvá Rivera, el asesino confeso de su compañera de trabajo Jennifer Michelle Maldonado Padua, fue sentenciado a 56 años de prisión luego de haber hecho alegación de culpabilidad por el crimen que dejó a dos hijos huérfanos de madre, cometido el 5 de julio, en Arecibo.
“Yo estoy en una pesadilla, que todavía no despierto”, compartió Élida Padua Vélez, madre de Jennifer Michelle, pocos días después de presenciar el momento en el que Salvá Rivera se declaró culpable en una sala del Tribunal de Utuado.
La coordinadora de la Unidad Especializada de Violencia Doméstica de la Fiscalía de Utuado, Mayra Morales, informó por escrito que Salvá Rivera fue sentenciado el 16 de diciembre. El ahora convicto hizo alegación de culpabilidad por los delitos de asesinato en segundo grado y violación a la Ley de Armas.
Ante el juez Carlos López Jiménez y frente a su madre, presente en sala, Salvá Rivera pidió perdón a Dios y a la familia de Jennifer Michelle. Según el recuento de doña Élida, el hombre alegó que “no sabía lo que estaba haciendo” cuando asesinó a la joven madre de 33 años.
El individuo llevó a la Policía a un risco, cerca de un río, en el barrio Arenas, en Utuado, donde encontraron el cuerpo sin vida de Jennifer Michelle.
Jennifer Michelle se convirtió ese día en la víctima número 37 de la ola de feminicidios que sufre Puerto Rico, según el Observatorio de Equidad de Género. Según el reporte más reciente de este proyecto, al 30 de noviembre se habían reportado 70 feminicidios en lo que va de año, incluidos 14 íntimos, así como otros 69 intentos de feminicidios.
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Brenda Liz Pérez Bahamonde, asesinada el 27 de enero de 2022
En noviembre doña Élida, de 59 años, compartió con El Nuevo Día la pena que sufría por la cruel pérdida de su hija, que el próximo 30 de diciembre cumpliría 34 años. “Hay un dolor tan grande en mi alma, un vacío. La falta que mi hija me hace, tú no tienes idea… nadie me la va a devolver”, expresó en ese momento.
La familia de Jennifer Michelle, incluidos sus dos hijos, se reunirán en los días festivos de esta época, incompletos. “Estamos bien tristes, todos. Nos vamos a reunir en nombre de ella. Voy a cocinar para mis hijos, para mis nietos, y la vamos a pasar en familia, tranquilos. Aquí vamos a estar como si ella estuviera. (…) Estamos más unidos que nunca”, pronunció doña Élida.
FUENTE: elnuevodia.com