Luis Carmona Bernacet, coacusado por el asesinato del empresario de Doral Bank, Maurice Spagnoletti, y quien es elegible a la pena de muerte, así como Alan Lugo Montalvo, acusado por integrar una pandilla de narcotraficantes liderada por Rolando Rivera Solís, babalao y dueño de una compañía que le daba mantenimiento a la referida institución financiera, se declararon no culpables por los cargos que pesan en su contra.
Carmona Bernacet y Lugo Montalvo, quienes comparecieron esta mañana a la vista de lectura formal de cargos ante la magistrada federal Camille Vélez Rivé permanecerán ingresados en el Centro de Detención Metropolitano de Guaynabo (MDC, por sus siglas en inglés).
Carmona Bernacet, de 42 años, es representado por la abogada Mariangela Tirado y Lugo Montalvo, de 44 años, por Edgar Sánchez.
El caso está a cargo de la fiscal federal Kelly Zenón.
El grupo enfrenta cargos por conspiración para poseer con la intención de distribuir sustancias controladas, posesión de un arma de fuego durante la comisión de un delito de narcotráfico y uso de un arma de fuego en relación a un delito de trasiego de drogas que resultó en un asesinato.
De acuerdo a la fiscalía federal, a Spagnoletti se le había encomendado hacer una auditoría del banco, y que como parte de esta, había decidido prescindir del contrato de la empresa de mantenimiento de Rivera Solís, por el elevado costo y por el mal servicio que se recibía.
La compañía de mantenimiento era usada por Rivera Solís para lavar dinero de la organización dedicada al narcotráfico.
Según el ministerio público federal, los acusados planificaron matar a Spagnoletti porque que se había convertido en un “problema para todos”.
Como parte de la conspiración de narcotráfico, en la acusación se alega que los coconspiradores establecieron puntos de distribución de drogas entre varios residenciales públicos y otras áreas.
Se alega que los acusados actuaron en diferentes roles para promover los objetivos de su organización y habitualmente poseían, portaban, blandeaban y usaban armas de fuego para protegerse a sí mismos y a la organización de narcotráfico.
Además, la acusación alega que los coconspiradores empleaban legalmente a otros miembros de la conspiración en negocios relacionados a mantenimiento y servicios de limpieza para ocultar sus actividades ilegales.
Los líderes de la organización practicaban la santería para proteger las actividades de narcotráfico. Usualmente se identificaban vistiendo atuendos y amuletos usados regularmente en la religión de santería. Realizaban ceremonias y cultos religiosos antes de participar en actividades ilegales y otros incidentes violentos para proteger a los líderes, la organización y sus actividades de narcotráfico.
El asesinato de Spagnoletti ocurrió en junio de 2011 en momentos en que transitaba por el expreso de Diego.
FUENTE: elvocero.com