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COVID-19

Brotes de influenza provocan marcada alza en ausencias en las escuelas públicas del país

El miércoles, se ausentaron 603 maestros y estudiantes por síntomas de esta enfermedad, 251 por COVID-19 y 201 por micoplasma

El junte de varios virus y condiciones respiratorias, principalmente la influenza, así como un alza en los contagios con COVID-19, han provocado que, en las últimas semanas, se reporten más ausencias de lo usual, para este período, entre estudiantes y personal de las escuelas del país.

La población pediátrica parece ser la más afectada con los contagios de influenza, principalmente los menores de 0 a 9 años, según datos de Departamento de Salud. Asimismo, el virus sincitial respiratorio (RSV, por sus siglas en inglés) también se ha propagado con facilidad entre los más pequeños, particularmente en niños y niñas de 5 años o menos.

La situación no ha pasado desapercibida en las escuelas públicas.

“Llevamos varios años con un sistema de vigilancia diaria de ausencias por síntomas gripales. Hemos notado un aumento (de ausencias) por influenza y micoplasma, aunque el aumento en síntomas gripales suele ser en enero”, comentó Evelyn Rivera García, supervisora de Enfermería del Departamento de Educación.

El uso de mascarillas -una de las medidas adoptadas para prevenir los contagios con coronavirus- ya no es obligatorio en el país, salvo en ciertos lugares, como instalaciones de salud. Aunque se recomienda su uso en escuelas, especialmente en salones y áreas cerradas, es una acción voluntaria del estudiante o empleado.

Para manejar las ausencias de maestros y personal educativo, los directores escolares han gestionado con las regiones educativas los recursos disponibles del proyecto de maestro sustituto para tratar de evitar la interrupción o cancelación de clases, indicó Rivera García.

“Ha habido escuelas que incluso han cerrado salones por (contagios de) influenza”, comentó, por su parte, Estrella Baerga Santini, presidenta de la Junta de Directores de la Asociación de Educación Privada.

Dentro de las guías revisadas emitidas por el Departamento de Salud para el manejo de estos casos, dijo, se enfatiza en la desinfección o limpieza profunda de los planteles escolares. También, repitió, se recomienda el uso de mascarillas.

Baerga Santini descartó, por su parte, que la ausencia de maestros por motivos de enfermedad haya generado disloques en las escuelas que forman parte de la Asociación de Educación Privada.

“Hoy (ayer) mismo, faltó una empleada, pero generalmente en las escuelas privadas tenemos a alguien que lo sustituye”, sostuvo Baerga sobre la escuela que dirige, Mammolina, un centro preescolar en Guaynabo.

Vigilan alza de casos

Datos de Salud advierten que desde que comenzó la temporada de influenza 2022-23, el 3 de julio, hasta el 5 de noviembre se habían registrado 5,447 casos. Entre los contagiados, solo 97 personas se habían vacunado contra el virus. También, se han reportado 340 hospitalizaciones y dos muertes de mujeres de 56 y 63 años.

“No es una epidemia, pero la subida de casos es más temprano de lo usual”, dijo la doctora Iris Cardona, principal oficial médico de Salud. La temporada 2021-22 cerró con 6,493 contagios de influenza, 484 hospitalizaciones y ocho fatalidades. Al igual que el año pasado, la región de Ponce es la de mayor tasa de incidencia.

“En niños, la mitad de los casos no se diagnostican porque dan síntomas leves”, indicó Cardona, infectóloga pediátrica, sobre el subreporte de esta enfermedad.

Según Salud, ya los casos reportados sobrepasaron el promedio histórico, el umbral de alerta y el umbral de temporada.

La funcionaria advirtió que los menores suelen ser transmisores de este y otros virus, poniendo en riesgo a adultos mayores y personas que padecen enfermedades crónicas y pueden complicarse.

En cuanto al RSV, Cardona detalló que en agosto se reportaron 127 casos en la isla, en septiembre hubo 565, y en octubre 838. Los menores de 5 años, especialmente los de 2 años o menos, son los más afectados. La infectóloga pediátrica reconoció que se han dado casos de coinfecciones de RSV con influenza o COVID-19.

Por otro lado, la tasa de positividad de COVID-19 estaba ayer en 17.38%, con una alta tasa de incidencia de casos en todo el país, salvo en Vieques.

“Nunca ha dejado de circular (el COVID-19) entre nosotros. A medida que aumenten las actividades (debido a las fiestas navideñas), existe el riesgo de que algunos se infecten”, dijo Cardona.

Reconoció que los nuevos sublinajes de la variante ómicron que están circulando, como la BQ.1, propician nuevos contagios. Hasta el 12 de noviembre, las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 representaban el 44.2% de los casos de COVID-19 en Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

“No es para prender un botón de alarma, pero se está vigilando. (Los sublinajes) parecen ser más contagiosos y se transmiten más rápido”, dijo Cardona.

La funcionaria recalcó que la mejor herramienta para tratar de evitar enfermedad severa y la muerte es a través de la vacunación contra la influenza y el COVID-19. Este año, indicó, ya se han vacunado unas 200,000 personas contra la influenza. Mientras, datos de Salud advierten que, al 17 de noviembre, 1,757,889 personas no tenían su vacunación contra el COVID-19 al día, lo que significa que no han completado la serie primaria, el refuerzo y la vacuna bivalente que se recomienda a partir de los 5 años.

“Eso (la vacunación) podría ayudar a evitar un aceleramiento de casos. En Thanksgiving (Acción de Gracias) del año pasado se identificó el ómicron y hubo un aumento de casos de diciembre a febrero. Si hay más casos, podríamos tener más hospitalizaciones y muertes”, sostuvo.

Cardona señaló, además, que la circulación de otros virus respiratorios ha provocado un aumento en las hospitalizaciones. La ocupación hospitalaria en la isla actualmente está en 68%, precisó. Cardona advirtió que lo ideal es que no sobrepase el 70%, de modo que los hospitales puedan responder si hay un aumento de hospitalizaciones por COVID-19.

“Los pisos de pediatría están (llenos) de tepe a tepe con muchos casos de RSV e influenza”, indicó, por su parte, el infectólogo Miguel Colón, quien labora en varios hospitales de la zona metropolitana.

“El llamado es a cuidarse, no a encerrarse. Tener prudencia y usar mascarillas en lugares cerrados, especialmente en escuelas”, dijo Cardona, quien advirtió que en la época de Acción de Gracias y Navidad muchos viajan, lo que aumenta el riesgo de contagio de todas estas condiciones.

“La influenza le puede dar a todos en la casa, igual que el RSV, que puede dar a cualquier edad, pero con manifestaciones más severas y significativas en los más chiquitos. Para esta época, los síndromes gripales aumentan. Con el COVID aprendimos que el llamado es a ser responsable y no transmitírselo a otros en los trabajos y las escuelas”, dijo.

Se afecta toda la familia

La ausencia de mascarillas y la exposición al COVID-19 en distintos escenarios ha generado un alza de pruebas positivas al virus, coincidió la licenciada Ilia Toledo, presidenta del Laboratorio Toledo.

“En nuestro laboratorio, la (tasa de) positividad está en un 20%”, indicó.

El alza se ha visto, mayormente, desde la semana pasada, comentó.

“Estamos viendo familias completas con estas condiciones. De noviembre en adelante, hay más enfermedades respiratorias y mucha lluvia, además de alergias”, dijo.

El infectólogo Colón coincidió en el alza de casos de COVID-19 en las últimas dos semanas, especialmente en adultos mayores, muchos sin sus vacunas al día.

“Llegan al hospital con problemas respiratorios. La misma negligencia con los envejecientes, que no los están llevando a vacunar”, sostuvo.

De influenza, comentó, se reportan más hospitalizaciones de personas entre 50 y 60 años. Los más que se complican, dijo, son las personas obesas, con hipertensión y otras condiciones crónicas y sin vacunar.

“La influenza definitivamente es multifamiliar. A veces, dan falsos negativos, pero si alguien en la familia es positivo hay que pensar que también lo tiene. La exhortación tiene que ser a vacunarse”, indicó el doctor Gerardo Tosca, presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría.

La situación también ha afectado al personal hospitalario, sostuvo Colón, a juzgar por las ausencias de personal reportadas.

“Hemos tenido varias enfermeras ausentes porque tienen niños pequeños con enfermedades respiratorias. Eso afecta el sistema médico porque hay muchas enfermeras quedándose (en su casa) para cuidar a sus hijos enfermos. Muchas ‘new graduates’ en edades reproductivas, de 18 a 25 años, que son las más que hay ahora mismo porque muchas de las de 40 años o más se retiraron en la pandemia”, indicó.

En casa cuidando a los hijos

Aunque el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos no recopila ni monitorea datos sobre las ausencias laborales, la agencia reconoce que muchos adultos se han ausentado a sus trabajos para cuidar de sus hijos enfermos.

“Es de conocimiento público que han habido brotes típicos de la temporada navideña, como influenza y RSV, comúnmente en niños, y eso puede provocar que el padre o la madre tenga que quedarse a cuidarlos”, dijo el secretario del Trabajo, Gabriel Maldonado González.

El funcionario recordó que hay licencias por enfermedad tanto estatales como federales que dan espacio para estos casos. Entre estas, mencionó la Ley 180 (de 1998) y la Ley federal de Ausencia Familiar y Médica (FMLA, por sus siglas en inglés), la cual da hasta un máximo de 12 semanas, sin paga, con protección de empleo.

El titular reconoció que esta situación coincide con una reducción de población en los últimos 10 años y con la falta de empleados en distintas áreas. Actualmente, dijo, hay 1,500,000 personas fuera de la fuerza laboral, mientras la tasa de desempleo estaba en 5.8% en agosto.

Elisa Pacheco, pasada presidenta de la Sociedad para la Gerencia de Recursos Humanos, comentó que la flexibilidad que permite el trabajo remoto e híbrido ayuda a que empleados de ciertos sectores puedan quedarse en sus hogares trabajando, lo cual resulta beneficioso cuando tienen familiares enfermos que cuidar.

“Somos humanos y la vida ocurre. Tenemos que ser comprensivos y empáticos”, sostuvo.

Aunque no se pueden atribuir de forma definitiva a enfermedades respiratorias, hay industrias que siente los aumentos en ausencias por enfermedad.

Liza García, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio, comentó que patronos más grandes han notado este año una cantidad de ausencias por enfermedad mayor que en los últimos dos años. Como ejemplo, mencionó que un patrono que tiene 700 empleados indicó que este año está pagando $8,000 por semana en licencias de vacaciones y $7,933 semanal en licencias de enfermedad. En el 2020 y 2021, mientras, la proporción era de $4,992 por licencia de enfermedad a la semana y $10,480 semanal de vacaciones.

“No sabemos la causa, si es salubrista o no. A futuro, debemos aunar esfuerzos para tener un panorama más claro”, dijo.

Algunos de los sectores más afectados por falta de mano de obra, indicó, son: construcción, servicios y las organizaciones sin fines de lucro.

“Tenemos padres y hermanos enfermos, muchos con influenza, y eso hace que se afecten los trabajos porque los nenes no pueden ir al cuido o escuela con fiebre y generalmente son los padres los que se quedan cuidándolos”, indicó la pediatra Carmen Suárez, quien urgió a los padres a no enviar a sus hijos enfermos a la escuela.

FUENTE: elnuevodia.com

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