Querellas sin atender o que desaparecen, apagones frecuentes, bajas de voltaje, postes doblados que representan un peligro para la seguridad pública, postes sin luminarias o con luces que prenden y apagan consistentemente, tardanza en arreglos a los contadores de las casas y cobros excesivos por servicios que antes eran gratuitos fue a grandes rasgos el cuadro que presentó ayer media docena de clientes sobre la experiencia que han tenido desde que LUMA Energy asumió el manejo del sistema de transmisión y distribución.
Los testimonios formaron parte del quinto día de vistas públicas convocadas por el Negociado de Energía para establecer el sistema de métricas que se utilizará para medir el desempeño de LUMA y determinar cuáles serían las bonificaciones a las que tendrían derecho.
Estas bonificaciones se comenzarán a pagar una vez se apruebe el Plan de Ajuste de Deuda (PAD) de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y entre en vigor el contrato base de LUMA a 15 años.
Entre los deponentes hubo peritos electricistas, personas particulares y una siquiatra, quienes detallaron problemas que han vivido en carne propia y a través de familiares, clientes o pacientes, y que en muchos casos se han agravado tras el paso del huracán Fiona en septiembre del año pasado.
A lo largo de la jornada, los testimonios coincidían además en que no solo deben aplicar métricas distintas a las propuestas por LUMA, sino que además se deben establecer penalidades tanto por incumplimientos como por demoras y por deficiencias en el servicio.
Carissa Cabán Alemán, una profesora y siquiatra que luego de 14 años viviendo en Estados Unidos regresó el año pasado a vivir en Naguabo levantó bandera sobre los efectos para la salud mental cuando las personas carecen de un servicio básico, de manera estable, como aseguró es el caso de LUMA en ese municipio.
Indicó que luego del paso de Fiona y de presentar tres veces la misma querella, LUMA tardó dos meses en arreglar lo que resultó ser “un simple breaker”. En un terreno de su papá también en Naguabo tuvieron que esperar más de seis meses para que contestaran querellas por un cable vivo que también tumbó Fiona, y “finalmente le dijeron que no lo podían remover”.
“La luz se ha ido muchísimas veces, ha sido a nivel sistémico en mi barrio… Entiendo que el sistema estaba frágil… pero los apagones son más frecuentes después de LUMA y cada vez es más caro, lo que pone en desventaja a personas con condiciones médicas que necesitan la refrigeración de sus medicamentos o de aparatos electrónicos para poder sobrevivir”, declaró.
Aseguró que hay estudios a nivel internacional en los que se ha encontrado que los apagones tienen como consecuencia una mayor prevalencia de condiciones como ansiedad y depresión, mientras que son un factor en el aumento de suicidios, afectan la capacidad cognitiva en adultos y niños y puede ser un factor sobre enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
A su juicio, deben imponerse penalidades, en caso de que LUMA no ofrezca una estabilidad en el servicio, si no cumple con la política pública energética que está detallada en la Ley 17 y si tiene déficits en su presupuesto. Pidió que se revise el sistema que aplica a Long Island Power Autorithy que tiene un contrato similar de manejo del sistema de transmisión y distribución con la empresa PSG.
Según Raquel González, una artista y educadora, residente de Guaynabo, desde que LUMA comenzó operaciones, ha habido tantas fluctuaciones en el voltaje que ya se ha dañado una nevera, una impresora y una computadora, mientras que estimó en cinco veces más los apagones.
Instó a que haya penalidades por deficiencias como fallas constantes en el servicio y falta de arreglo de postes porque entiende “es un atentado contra la vida de los ciudadanos”.
Jorge Alicea dijo que vive frente a un gravero y con la cámara de su celular mostró durante su comparecencia virtual un poste que estimó tiene unos 40 grados de inclinación hacia la carretera y es una amenaza porque se puede terminar de romper en cualquier momento. Aseguró que ha hecho querellas por teléfono y presenciales y aunque el trato en ambas ocasiones fue “súper, pero no hay seguimiento”.
Jesús Manuel Santiago Rodríguez, presidente de la Alianza de Peritos Electricistas Licenciados, declaró que las normas en las distintas oficinas son distintas y coincidió con la también perito electricista Lissa Speaker en que cobrando $1,100, que es una cifra comercial por desconexión de contadores incluso cuando hay averías que no fueron provocadas por los abonados.
Las personas que quieran hacer comentarios sobre el sistema de métricas de desempeño que propuso LUMA tienen hasta hoy para deponer ante el negociado y pueden enviar también sus comentarios por escrito.
Al cierre de esta edición, LUMA no había respondido un pedido de reacción a los comentarios vertidos en la vista.
FUENTE: elvocero.com