En febrero pasado, el NEPR aprobó una nueva ronda de contrataciones con empresas de energía renovable para cumplir con la Ley 17 de 2019. Un mes más tarde, la JSF catalogaba como un paso “histórico” los proyectos seleccionados durante la primera etapa o tranche del proceso de Solicitud de Propuestas (RFP, en inglés). Según el organismo, la estructura de precios que se obtuvo de la licitación fue 40% más baja que los precios que la AEE habría pagado si continuaba con los PPOA suscritos hace una década.
Entre otras cosas, la Ley 17 de 2019 requiere que Puerto Rico ponga fin a la generación eléctrica con derivados del crudo para dar paso a la energía renovable en un plazo de 30 años. Al presente, solo el 4% de la generación eléctrica en la isla proviene de fuentes renovables.
Este año, el 20% de la electricidad en la isla debía generarse con fuentes renovables; para el 2025, el objetivo de generación renovable debe duplicarse y hacia el 2050, la totalidad de la generación eléctrica en Puerto Rico debe ser verde.
Del papel a la acción
Sin embargo, desde la perspectiva de Colón, el proceso de compra de energía que se acordó en el Plan Integrado de Recursos (PIR) es, probablemente, el más “ambicioso y agresivo” que se haya intentado en alguna jurisdicción en todo el mundo y estableció un nuevo terreno de juego para el cual la AEE -que lidia con un proceso de bancarrota- no tenía recursos adecuados.
Encima de eso, Colón explicó que, a raíz de la guerra en Ucrania, el costo de los paneles solares y las baterías y los materiales que se utilizan para la fabricación de estos productos también ha aumentado. En consecuencia, dijo Colón, Puerto Rico no solo depende de importar combustible para generar energía, ahora también depende de que los proponentes seleccionados importen los componentes que necesitan a precios que hagan el suficiente sentido financiero como para continuar adelante.
En total, en un plazo de tres años, a través de un proceso de licitación dividido en seis etapas, la AEE debe integrar 3,750 megavatios (MV) de energía renovable y otros 1,500MV de almacenamiento mediante baterías.
Los proyectos avalados por el NEPR representan unos 844MV de generación y 220MV de almacenamiento, capacidad menor al objetivo de 1,000MV de generación renovable y 500MV de almacenamiento que se fijó para el primer tranche.
De otra parte, agregó el ingeniero, si para cumplir con el PIR, Puerto Rico recurre exclusivamente a energía solar, como fue la experiencia en el primer tranche, habrá que dedicar unas 12,000 cuerdas de terreno a ese fin, justo cuando también hay un debate acerca de la seguridad alimentaria en Puerto Rico.
Del total de 18 proyectos, la mitad interesa establecerse en el sur de la isla por su topografía predominantemente llana, también preferible para la actividad agrícola.
Colón hizo sus expresiones durante la reunión mensual de la Asociación Puertorriqueña de Analistas Financieros (APAF).
La APAF es organización que agrupa a ejecutivos del mundo empresarial y académico de Puerto Rico y que busca informar a sus miembros acerca de los eventos o temas que más inciden en la operación de los negocios, el mercado de valores y la actividad económica.
El rol de LUMA y el precio final
Por su parte, en una entrevista separada, Hurtado explicó que el operador recibió los proyectos seleccionados en el primer tranche en diciembre del año pasado y, desde entonces, analiza cada propuesta. Se trata de un análisis individualizado para determinar los elementos técnicos mínimos que cada proyecto necesitará, así como el punto óptimo de conexión a la red, de manera tal que estos puedan conectarse a la red de la manera más segura y eficiente, sin afectar la consistencia del servicio.
Sin ofrecer detalles específicos, Hurtado sostuvo que, preliminarmente, no han identificado ningún escollo que impida la conexión de los 18 proyectos en ciernes.
Hurtado reconoció que, si bien los proyectos renovables requieren de cronogramas prolongados por tratarse de iniciativas de gran escala, estos serán claves para contribuir a los objetivos de energía renovable establecidos para la isla.
Mientras, Hurtado destacó que, en el pasado año, LUMA ha facilitado la conexión de miles de sistemas de generación de energía renovable a nivel residencial, los que, en conjunto, representan unos 120MV.
Una vez LUMA complete el análisis de interconexión y lo envíe a la AEE, cada proponente determinará si la inversión que tendrá que hacer para conectarse a la red hace sentido financiero, explicó Colón. Si es el caso, entonces, la AEE negociaría el precio final del PPOA.
El ingeniero no precisó en qué momento de este año el proceso de negociación y firma de contratos podría completarse.
Lo que sí indicó Colón y confirmó Hurtado, por separado, es que, una vez se firmen los PPOA y la AEE emita una notificación al proponente, este tendrá dos años para construir el proyecto y conectarse a la red.
Cuando llegue ese momento, las tareas de seguimiento recaerán en LUMA como operador de la red. Según Hurtado, una vez los proponentes cumplan con lo requerido y cada proyecto esté listo, LUMA procurará conectarlos al sistema sin dilación.
Ayer, el precio del crudo en Londres (Brent) y Estados Unidos (WTI) volvió a cerrar al alza. La entrega para el mes de julio se cotizó en $114.03 y $110.33 por barril, respectivamente.
FUENTE: elnuevodia.com