Puerto Rico amaneció este martes con siete nuevas muertes por COVID-19, a la vez que la cantidad de hospitalizaciones asociadas al virus aumentó a 406, lo que se traduce en 19 más que ayer, informó el Departamento de Salud.
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SUSCRIBITEPuerto Rico amaneció este martes con siete nuevas muertes por COVID-19, a la vez que la cantidad de hospitalizaciones asociadas al virus aumentó a 406, lo que se traduce en 19 más que ayer, informó el Departamento de Salud.
La agencia detalló que los fallecimientos ocurrieron entre el 6 y el 12 de abril.
Muertes informadas:
El total de casos confirmados fue ajustado al sumar 55 previos al 28 de marzo. Asimismo, la totalidad de los casos probables sufrió cambios tras restar 100 que tuvieron una prueba molecular positiva y sumar uno previo al 28 de marzo. Salud también ajustó el total de casos probables al restar 40 que dieron positivo en una prueba molecular positiva y nueve que arrojaron positivo en una prueba de antígenos. También sumaron 285 casos sospechosos previos al 28 de marzo.
Entretanto, el total de 406 pacientes hospitalizados por el virus se divide entre 385 adultos y 21 pediátricos. Se informó que 81 adultos están recluidos en una Unidad de Cuidados Intensivos, mientras que 55 permanecen conectados a un respirador artificial. Dos menores también están recluidos en intensivo, uno más que comparación con ayer.
Hasta hoy, los hospitales del país cuentan con 212 camas de intensivo y 958 respiradores artificiales disponibles para adultos.
Según la dependencia, el término de caso positivo confirmado hace referencia a los contagios cuyo resultado fue validado mediante una prueba PCR (molecular). El caso probable es aquel cuyo resultado positivo a la enfermedad se obtuvo mediante prueba de antígenos. Mientras, los casos sospechosos, también conocidos como resultados de anticuerpos, son aquellos que arrojaron positivo a la prueba serológica, y no tienen una prueba molecular o antígenos positiva.
Además, Salud explicó una muerte confirmada por COVID-19 corresponde al deceso de una persona con una o más pruebas moleculares positivas. La muerte probable es aquel deceso de un paciente que fue diagnosticado con COVID-19 mediante una prueba de antígenos o que su su cuadro clínico reúne los criterios para creer que padecía de COVID-19, pero nunca tuvo una prueba molecular o de antígenos para detectar el virus. Mientras, la muerte sospechosa se refiere al fallecimiento de una persona en la que se detecta un anticuerpo específico en suero, plasma o mediante una prueba serológica con su sangre.
FUENTE: elnuevodia.com
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