Washington D.C. – Las nuevas reglas sobre el transporte de hígados donados ha podido afectar adversamente a pacientes en jurisdicciones federales pobres, como Puerto Rico, según una investigación del diario The Washington Post y la organización Markup.
Bajo las normas implantadas en 2020, se tiene que priorizar a los pacientes más enfermos en las listas de espera, no importa donde esté su residencia.
La investigación periodística indica que el objetivo se ha conseguido, pero al mismo tiempo se han reducido las cirugías en Puerto Rico y siete estados, “todo menos unos del sur y medio oeste” de Estados Unidos: Alabama, Luisiana, Kansas, Carolina del Norte, Dakota del Sur, Iowa y Pensilvania.
Los estados más beneficiados son principalmente los que tienen más recursos, como Nueva York y California.
También se ha encontrado un aumento significativo en el número de estados que envían hígados donados fuera de su jurisdicción.
De acuerdo al reportaje, Puerto Rico está entre las jurisdicciones que enviaron fuera entre el 51% y el 75% de los hígados donados.
El Congreso investiga si las organizaciones dedicadas a obtener órganos donados cumplen efectivamente con sus funciones. En el caso del gobierno federal, la organización United Network for Organ Sharing (UNOS) ha estado a cargo, bajo contrato, de supervisar ese sistema.
“Estás reformando una política pública de asignación de órganos para que recompense las áreas ricas y los estados ricos al proporcionar recursos de las áreas pobres del país. Creo que es realmente preocupante”, dijo Seth Karp, director del Centro de Trasplantes Vanderbilt en Nashville.
Los cambios que puede anunciar hoy el gobierno federal incluirán romper el control monopólico que ha tenido UNOS – una organización sin fines de lucro-, durante 37 años. La idea es distribuir las funciones que ha tenido esa organización, en momentos en que más de 100,000 personas están en la lista de espera para recibir órganos, principalmente riñones.
FUENTE: elnuevodia.com