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Las clases inician este martes en las escuelas públicas del país con decenas de planteles en construcción y reparación, lo que tiene el efecto de limitar el tiempo lectivo para miles de estudiantes que ya tienen rezago educativo debido a las interrupciones que han experimentado desde 2020 por los terremotos y la pandemia de COVID-19.
El Departamento de Educación (DE) confirmó el lunes, por escrito, que 55 escuelas estaban cerradas, en su mayoría, por trabajos de construcción, sellado de techo o pintura. Las comunidades donde se ubican esos planteles pasan a compartir instalaciones con otras comunidades en horario limitado. Casi la mitad de esas escuelas son de la región del sur, que fue adversamente afectada por los terremotos ocurridos el 6 y 7 de enero de 2020.
“Es desesperante que todavía algunas escuelas del sur no se hayan tratado con prioridad… Los salones se comparten, están los grupos apiñados, son horarios de ‘interlocking’ que influye en el proceso de aprendizaje”, denunció el presidente de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), Víctor Bonilla.
El DE informó que el lunes solo había recibido dos notificaciones de problemas eléctricos en escuelas, una de ellas en la región de Bayamón y otra en la de Arecibo. Las clases en una escuela de Toa Baja comenzarán el miércoles debido a los trabajos de reparación eléctrica.
“En la región de San Juan, hay dos escuelas que llevan meses sin servicio de energía eléctrica”, agregó la presidenta de la organización EDUCAMOS, Sonaly Berríos.
Entretanto, personal de ocho escuelas informó, en el sondeo de la FMPR, que, cuando los maestros se reportaron el lunes a los planteles, se toparon con que no se habían pintado. Otros cuatro edificios tienen el problema estructural de las columnas cortas sin corregir, advirtieron los participantes.
Según datos que el DE suministró a la AMPR, en diciembre, había 31 reparaciones de columnas cortas en curso, 10 en subasta y 168 en planificación para ser evaluadas. Además, quedaban 10 sellados de techo en proceso, 22 en subasta y 85 en planificación para ser evaluadas. Mientras, los trabajos típicos de pintura y reparaciones menores se hacían en 70 escuelas, 67 estaban en subasta y 135, bajo evaluación.
Dudas con el tiempo lectivo adicional
Los líderes gremiales coincidieron, a su vez, que se mantienen atentos al aviso de cambios académicos anticipado por el secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, en entrevista con El Nuevo Día, publicada el 6 de enero.
El titular de la agencia indicó que, esta semana, sostendrá una reunión con su equipo de trabajo para ultimar detalles en cuanto a la implementación de tiempo lectivo adicional para la lectura y las matemáticas, cambio que hará mediante la sustitución de algún periodo en la semana. “La meta es que sea a partir de enero”, afirmó entonces el funcionario.
Ante ese anuncio, el presidente de la AMPR indicó que, como líder sindical, solicitó una reunión con carácter de urgencia al secretario para discutir el asunto, pues, aunque es un aspecto administrativo, “redunda en el personal” que representa la unión.
Entre otras cosas, adelantó que desea saber cuál materia se vería afectada y qué análisis llevó a esa determinación.
“¿Implica reducir tiempo a otros cursos o eliminar alguno?”, cuestionó, a su vez, Emilio Nieves, vicepresidente de la Unión Nacional de Educadores y Trabajadores de la Educación (Únete).
“Nos preocupa cómo se va a atender el rezago en lectura de estudiantes del nivel elemental. ¿Se contratarán más maestros? ¿O se les dará mayor carga a esos maestros de elemental?”, planteó, por separado, Berríos.
FUENTE: elnuevodia.com
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