El gurú del deporte murió a eso de las 2:30 a.m. en momentos que estaba internado en la unidad de cuidado intensivo del hospital Auxilio Mutuo, en Hato Rey.
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SUSCRIBITEEl gurú del deporte murió a eso de las 2:30 a.m. en momentos que estaba internado en la unidad de cuidado intensivo del hospital Auxilio Mutuo, en Hato Rey.
Su hija, Mara Santori, indicó que se presume falleció de un paro renal, pues ya “no estaba orinando”.
Contó que aún no se tienen detalles de las exequias. Solo reveló que la Funeraria Buxeda está a cargo del proceso y que sería enterrado en San Sebastián, pueblo al que amó.
“Mi papá fue mi inspiración y creo que fue la de todas sus hijas. Él siempre fue un luchador por las causas justas”, afirmó Mara.
Patriota y deportista desde la cuna. Así se puede describir la vida de Santori, santurcino de nacimiento, pepiniano y capitán de corazón.
Santori nació el 7 de mayo de 1932 y, desde pequeño, adoptó y tomó como norte la identidad de Puerto Rico como nación autónoma, ideas que absorbió de su abuelo materno Cayetano Coll y Cuchí, quien fue escritor, abogado y primer presidente de la Casa de Representantes. También tuvo influencia de su tío abuelo, José Coll y Cuchí, abogado, periodista y fundador del Partido Nacionalista de Puerto Rico.
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Pero su amor por la patria era compartido por el deporte, en especial el baloncesto, el que practicó a nivel superior desde el 1957 al 1961, todos con los Capitanes de Arecibo, con quienes ganó el campeonato nacional en el 1959.
Un año después, el escolta, que finalizó con 1,552 puntos en 98 partidos (promedio 15.8) de labor en el baloncesto superior, fue parte del Equipo Nacional que jugó en los Juegos Olímpicos celebrados en Roma en el 1960.
Luego de retirarse en el 1961, Santori pasó a dirigir y conquistó tres campeonatos nacionales. El primero fue en el 1962 al mando de los Cangrejeros de Santurce. Luego obtuvo otros dos compartiendo la dirección de los Vaqueros de Bayamón con Roy Rubbins (1967) y Tom Nissalke (1972). También dirigió al Equipo Nacional en el 1967.
Su pasión por el baloncesto lo llevó a convertirse en uno de los mejores analistas del baloncesto y a ganarse el apodo de “Gurú”.
Sus conocimientos lo llevaron a ser uno de los analistas de las transmisiones televisadas junto al finado Manuel Rivera Morales. También contó con un segmento televisado donde, con guitarra en mano, cantaba su “Batatita” al tiempo que daba sus pronósticos, vaticinios que tambiénpublicaba en la sección deportiva de El Nuevo Día y que eran los constantes temas de discusión. La temporada 2017 fue su número 39 como pronosticador de partidos.
Pero además del baloncesto, Santori fue un amante del tenis de campo, tenis de mesa y el ajedrez, entre otros deportes y en el 1984 fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño.
FUENTE: elnuevodia.com
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