No será hasta finales de marzo que podrá verse de forma más evidente el movimiento de obreros y maquinaria pesada trabajando en la reparación del puente atirantado de Naranjito, aunque eso no implica que no haya tareas de ingeniería llevándose a cabo allí, argumentó el director ejecutivo de la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT), Edwin González Montalvo, ante el descontento manifestado por vecinos de la zona por la lentitud de los trabajos.
“Se están haciendo trabajos de ingeniería que son parte fundamental”, afirmó el ingeniero a El Nuevo Día. El funcionario confirmó que, además, se incluyó en el calendario de trabajo un análisis forense que, aseguró, ya comenzó en torno a la estructura.
“Eso se ha incluido como parte de la investigación que el gobernador (Pedro Pierluisi) encomendó a la contralora y al Departamento de Justicia”, sostuvo.
“Se continúa recopilando información para poder contestarle al pueblo de Puerto Rico qué fue lo que sucedió en el puente, si hubiera que asignar alguna responsabilidad al ente que sea, identificar por qué sucedieron esas ondulaciones, a qué se debe y quién sería la entidad o persona responsable de esto”, apuntó el ingeniero.
La investigación también reveló que inspecciones oficiales de la ACT confirmaron, al menos desde agosto de 2009, ondulaciones de hasta 21 centímetros (8 pulgadas) en la losa o superficie del puente, así como vicios de construcción en inspecciones posteriores que la corporación pública mantuvo ocultas hasta que este medio solicitó acceso al expediente sobre la estructura mediante una demanda ante un tribunal.
González Montalvo aseguró que el análisis forense que se añadió a las tareas de reparación no afectará la fecha prevista para la reapertura. “Hemos estado en constantes reuniones con el contratista (Ferrovial Construcción) asegurándonos de qué trabajos se pueden hacer en paralelo. […] Continuamos con un horizonte de 18 meses, estamos hablando de verano de 2024″, afirmó.
Luego del cierre del puente, residentes en la zona afectada principalmente -los municipios de Naranjito, Comerío, Barranquitas, Morovis y Toa Alta- han cuestionado si era necesario impedir el paso desde ya, al señalar que no se ha observado la presencia de obreros ni maquinaria trabajando en las reparaciones, mientras se ven obligados a utilizar como alternativa antiguas vías que aumentan el tiempo que toma llegar a sus destinos.
“El puente había que cerrarlo porque había que remover las barreras que se colocaron en el 2014 (cierre de dos carriles), para hacerle todos los análisis necesarios al puente. Se hicieron las mesuras, se está midiendo con respecto a unos puntos fijos dentro y fuera del puente, cómo ha variado -si algo- las ondulaciones en el puente, si han incrementado, si han reducido, dónde han variado algunas de estas ondulaciones para tener certeza”, explicó González Montalvo. Ese análisis continúa en desarrollo.
El ingeniero argumentó que, para realizar ese tipo de evaluación con instrumentos especializados, el puente tenía que estar clausurado y no era viable aplicar un cierre intermitente. También se han hecho otras labores que requerían bloquear el paso.
“Se colocaron los andamios para subir a lo que son los diamantes del puente, que es donde entran todos los cables del atirantado. Estos andamios ya no tienen la protección de las barreras”, precisó el director ejecutivo. Además, se removió una colmena de abejas.
Otra de las labores que se han estado haciendo es la corroboración de cargas en los diferentes segmentos del puente. “Se ven esas cargas en esas losas (superficie del puente) para ver cuál es la carga máxima”, continuó González Montalvo.
“Se ha identificado que el puente está en buen estado estructuralmente, pero ahora vamos a estar haciendo estas reparaciones. Esto, a su vez, extiende la vida útil del puente”, subrayó el titular de la ACT.
FUENTE: elnuevodia.com