Para completar su maestría en Salud Pública, Paola La Santa Ortiz tomó préstamos estudiantiles ascendentes a unos $6,000. Mientras trabajaba como maestra de escuela pública, hizo pagos mensuales por tres años, pero eso cubrió solo los intereses que estaba acumulando, pues su balance pendiente apenas había cambiado cuando comenzó sus estudios doctorales hace cuatro años.
Ahora, tiene un balance pendiente de sobre $240,000. Ya que tomó los préstamos en momentos diferentes, sobre algunas partidas pagará intereses que rondan entre el 2% y el 7%.
“Si yo no hubiera tenido la oportunidad de tener los préstamos, no hubiese podido realizar mi doctorado. Está la matrícula, pero también está el costo de vida adicional de los estudiantes. Yo tengo dos niñas, tengo un hogar, hay que costear la compra, la transportación, la vivienda. Con un programa doctoral, el tiempo que uno tiene para hacer otras cosas, un trabajo, es casi imposible”, relató La Santa Ortiz, residente en Barranquitas.
Terminó su doctorado en Quiropráctica en junio y aún no ha tenido que comenzar a repagar los préstamos, pues sigue en vigor la moratoria establecida por el gobierno federal. El anuncio realizado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el miércoles sobre la cancelación de hasta $20,000 en deuda estudiantil para ciertos individuos le da esperanza de poder, poco a poco, ir reduciendo el principal del dinero que prevé estará pagando por las próximas décadas.
Del mismo modo, la administración Biden ordenará una revisión de las reglamentaciones para establecer que una persona que obtuvo préstamos estudiantiles a nivel subgradudo no emitirá pagos mayores al 5% de sus ingresos discrecionales mensuales, indicó la directora del Consejo de Política Doméstica de la Casa Blanca, Susan Rice, ante los medios de comunicación tras el anuncio de Biden. Rice también destacó que solo son elegibles para cancelación los préstamos tomados previo al 30 de junio de 2022.
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La información sobre elegibilidad está disponible en el portal studentaid.gov, página que ayer mostraba múltiples alertas sobre la lentitud en su despliegue debido al alto número de visitantes. Rice indicó que unos 8 millones de individuos cualificarían automáticamente para el perdón de deuda ya que el Departamento de Educación federal ya tiene su información en sus expedientes. Sin embargo, la mayoría de los 43 millones que podrían beneficiarse tendrán que llenar una solicitud de elegibilidad que estará disponible “en las próximas semanas”.
El Departamento de Educación federal estimó que más de 320,000 personas en la isla se podrían beneficiar de la cancelación de la deuda. Un 52% de estos son menores de 35 años.
Si se concreta esta condonación de deuda, sería una ayuda importante para los profesionales que llevan años pagando los préstamos, apuntó el maestro José Rivera, quien aún adeuda unos $2,000 de los $7,500 que tomó prestados hace más de dos décadas.
“El primer préstamo lo hice porque tenía necesidad de movilidad y, dentro de la universidad, nos decían ‘utilizalo para comprar libros, para resolver con un carrito’. La primera necesidad fue esa. En otras ocasiones tomé préstamos porque después de haber hecho un bachillerato en Educación Secundaria en Matemáticas, decidí hacer un bachillerato en Ingeniería Eléctrica y la beca Pell no me cubría”, relató.
Se ha mantenido haciendo los pagos de sus préstamos estudiantiles en los últimos dos años, a pesar de que hay moratorias que le permite no pagar, pues señaló que los pagos ascienden a unos $55 mensuales. Hace unos cinco años intentó acogerse a un plan de cancelación de deudas que beneficia a maestros que han laborado por más de 10 años en escuelas públicas, pero no cualificó. La razón que recibió, indicó, es que el plantel en que laboraba en ese entonces presuntamente no contaba con suficiente matrícula de Educación Especial, aunque asegura que la explicación no le hizo sentido.
“Yo me cansé de escuchar gente que dice cómo puedes cancelar los préstamos. Siempre escucho que dicen puedes cancelar tus préstamos, pero casi en ningún lugar escucho alguien que me dijera ‘yo los cancelé'”, sostuvo Rivera, quien tiene 28 años de experiencia como maestro.
Bajo los criterios que se han dado a conocer, Rivera considera que cualificaría para el perdón de deuda de Biden. Sin embargo, expresó su frustración pues desde el miércoles ha procurado mayor información en las páginas cibernéticas del gobierno federal y es poco lo que consigue.
La cancelación de estas deudas será importante, particularmente para lograr que más jóvenes profesionales se queden en la isla una vez completen sus estudios, apuntó el representante José Bernardo Márquez. “Hay gente con mucho que aportar a Puerto Rico y que, probablemente, con ese interés y esa vocación fue que incurrieron en estos préstamos, pero en estos momentos Puerto Rico no le puede ofrecer las condiciones económicas para hacer un futuro aquí”, expresó Márquez, uno de los coautores de una resolución para estudiar el perfil de quienes obtuvieron préstamos estudiantiles en la isla.
La información que se prevé ofrecerá más adelante el gobierno federal será crucial para entender el impacto que tendrá sobre los deudores en Puerto Rico, destacó Aníbal López Correa, quien está en proceso de terminar su grado doctoral en Currículo y Enseñanza de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Comenzó a tomar préstamos estudiantiles para realizar un maestría en Evaluación Educativa en la UPR. Tomó suficiente dinero prestado para cubrir una segunda maestría en Ciencias de Datos en la Universidad de Granada, en España. Dejó de tomar préstamos sin aún terminar su grado doctoral pues su deuda ya supera los $100,000, una cifra que se disparó a medida que se encarecieron los costos de estudio en la UPR.
“Decidí dedicarme a trabajar a tiempo completo, así que el proceso de redactar la disertación va más lento”, indicó.
La cancelación de parte de su deuda le permitiría pagar una cantidad mensual menor cuando venza la moratoria en diciembre. Esto será de gran ayuda, relató, si logra acogerse a un plan de alivio de deuda establecido por el gobierno federal ya que trabaja en una organización sin fines de lucro con exención contributiva 501(c)3, bajo el cual se cancelaría toda su deuda luego de emitir 120 pagos mensuales.
“Con los salarios en Puerto Rico, es bien retante pagar los préstamos estudiantiles. Por eso, es que vemos que muchos profesionales se van de la isla”, sostuvo. “Uno planifica, uno decide educarse un poco más, pero al encarecer la educación superior, se deja en manos del individuo endeudarse y después vivir en un contexto de precariedad”, agregó.
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FUENTE: elnuevodia.com