Próximamente, cualquier obra pública o privada tiene que cumplir con las normas de ingeniería moderna de los alcantarillados pluviales, para evitar inundaciones y escorrentías que puedan afectar las carreteras, viviendas, terrenos delicados —como la región del carso, donde predomina el drenaje subterráneo a través de sumideros— y los cuerpos de agua.
Así lo determina el nuevo Reglamento 40 de la Junta de Planificación, que actualiza las Normas de Diseño de Alcantarillado Pluvial en Proyectos de Desarrollo de Terrenos que se habían implementado hace casi 50 años. El documento fue sometido al Departamento de Estado y debe entrar en vigor el 19 de mayo, informó ayer el presidente de la agencia, Julio Lassús Ruiz, en conferencia de prensa.
Participaron Jorge Rivera Santos, profesor retirado del Departamento de Ingeniería y Agrimensura, y Walter Silva Araya y Sebastián García Cordero. Todos son parte del Instituto de Investigaciones Ambientales y Recursos Hídricos, adscrito al Departamento de Ingeniería Civil del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
El nuevo Reglamento para el Diseño, Operación y Mantenimiento De Sistemas De Alcantarillados Pluviales “es importantísimo para Puerto Rico, es importantísimo para la reconstrucción de la Isla y necesario para mitigar riesgos”, expresó Lassús Ruiz.
Rivera Santos indicó que en el Reglamento 40 están incorporando nuevas técnicas de ingeniería del recurso agua, particularmente la hidrológica y la hidráulica.
“Consta de 10 capítulos y cada uno toca exclusivamente aspectos esenciales en el diseño de estos sistemas de alcantarillado pluvial”, abundó.
Construcción a largo plazo
Luego de que entre en vigor el Reglamento 40, todo proyecto requerirá un análisis hidrológico para diseñar las tuberías y otras estructuras, usando datos históricos sobre la cantidad y distribución de la lluvia. Rivera Santos expuso, que para hacer el diseño se consultará el programa Atlas 14, del Servicio Nacional de Meteorología (SNM), que verifica la cantidad de lluvia y su distribución durante eventos como tormentas o huracanes, así como la frecuencia.
“Hay que diseñar para eventos de lluvia más grandes de lo que se diseñaba anteriormente”, agregó Rivera Santos, porque en las zonas residenciales se diseñaba para un plazo de 10 años, que ahora aumenta a 25 años. Mientras que en las zonas comerciales aumentó de 25 a 50 años la vida útil de los alcantarillados pluviales.
El reglamento hace distinción del sistema menor y mayor del sistema pluvial. Para el sistema mayor, se determina la cantidad de agua que cayó en los últimos 100 años y con qué frecuencia, y se diseña con una capacidad más grande para evitar inundaciones.
Fijan responsabilidad
De acuerdo con Rivera Santos, “en términos de sistemas pluviales, a prácticamente ninguno se le da mantenimiento excepto cuando se anuncia un huracán y sale todo el mundo corriendo a limpiar. Ahora, el reglamento requiere que se elabore ese plan de operación y mantenimiento y establece quién va a ser responsable”, puntualizó. “Entonces, si las cosas no se hacen como se establece, hay a quién reclamarle”, afirmó.
“Enfatizamos la importancia del manejo de las aguas pluviales —tanto para la seguridad, para la vida, la propiedad y la salud— y esta es otra iniciativa del gobierno que abona a atender el problema del cambio climático”, planteó Lassús Ruiz.
Para ver el reglamento, visite https://jp.pr.gov/.
FUENTE: elvocero.com