Los cambios establecidos en varias comunidades escolares previo al inicio de clases, la semana pasada, para atender los problemas de infraestructura de los planteles o la necesidad de docentes han generado preocupación entre padres y estudiantes por su posible impacto en el aprendizaje.
Un plantel que, por tercer semestre consecutivo, inició clases de forma híbrida fue la Escuela Especializada Central de Artes Visuales, en San Juan, conocida como la Central High. Este plantel está ubicado en un edificio histórico que sufrió daños, particularmente en el tercer nivel, a raíz del paso de los huracanes Irma y María, en 2017.
“Solo ha tenido dos días de clases presenciales”, expresó ayer Aurorisa Mateo, madre de un estudiante de duodécimo grado, al lamentar que el joven está a punto de terminar la escuela superior sin tomar clases presenciales a tiempo completo.
Los estudiantes tomarán, al menos, dos días de clases presenciales a la semana, y el resto será a distancia.
Previo al inicio de clases se alertó que los trabajos de reconstrucción que se realizarían en planteles provocarían disloques en el horario lectivo de las escuelas en reparación. En el primer día de clases, el miércoles pasado, seis escuelas estrenaron el año escolar en modalidad virtual, mientras otras 50 estaban en horario alterno (“interlocking”).
Por ejemplo, la Escuela Especializada en Idiomas Padre Rufo, en Santurce, ayer continuaba atendiendo estudiantes a distancia debido a los trabajos de pintura, informó un portavoz de Educación. La semana pasada, el superintendente de la Oficina Regional Educativa de San Juan, Jorge A. Santiago, había indicado que las clases presenciales se retomarían el lunes, 22 de agosto.
En la Escuela Especializada en Ballet Julián E. Blanco, en San Juan, la reubicación de dos maestros de baile ha levantado temores entre el estudiantado y sus familias por la permanencia a largo plazo del plantel, único en el sistema público de enseñanza.
“Dicen que como hay una matrícula de 100 estudiantes, el objetivo es que la escuela tenga, por cada maestro de especialidad, 25 estudiantes. Lo que pasa es que no es lo mismo tener 25 estudiantes en un salón de clases que se sientan en un pupitre, que en un salón de ballet tener 25 cuerpos bailando”, expresó Anette Tommei, madre de una estudiante de octavo grado.
Asimismo, Tommei señaló que la escuela no cuenta con espacios para que los maestros de especialidad hagan su planificación, pues una vez los estudiantes toman sus clases de ballet en la mañana, los salones de baile son usados para clases de las materias académicas. Reconoció, no obstante, que la comunidad escolar se ha negado por años a ser reubicada a una estructura más grande.
En declaraciones escritas, el Departamento de Educación informó que la cantidad de maestros que tiene la escuela se ajusta a su matrícula estudiantil de menos de 100 estudiantes. A la directora de la Julián Blanco se le notificó de la reubicación de dos docentes en junio, pero la directora escolar no los reunió para notificarles en ese momento, expresó la agencia.
“Es totalmente falso que haya un plan para desmantelar la escuela especializada en ballet (…) Julián Blanco por parte del Departamento de Educación. Por el contrario, inclusive, ya hay contratación por $100,000 para mejoras a la planta física de la escuela”, informó Educación.
FUENTE: elnuevodia.com