Más allá de las ventas que se hayan producido o no por el cierre de comercios debido al paro nacional celebrado ayer, economistas y comerciantes entrevistados sostuvieron que el golpe real a la economía es el clima de incertidumbre y la falta de credibilidad debido a la crisis del gobierno central.
Dijeron que el cierre de los principales centros comerciales en la zona metropolitana, así como restaurantes y comercios independientes, no necesariamente reduce la actividad general de ventas, sino que el consumidor cambia el lugar donde realiza sus compras o transacciones, o las pospone para el día siguiente.
Por lo tanto, se produce una alteración en el patrón de compra de algunos consumidores, lo cual puede impactar negativamente a unos comercios y beneficiar a otros. Sin embargo, como la marcha de ayer fue plural y no representaba a un solo sector, eso hace que tenga un impacto mayor. En otras marchas menores en la zona de San Juan en el pasado, el estimado preliminar de economistas ha sido de unos $3 millones en ventas dejadas de realizar.
El economista Gustavo Vélez comentó que es prematuro para contabilizar el impacto económico de las marchas de la última semana (no solo la producida ayer), pero mencionó que ha tenido conversaciones con comerciantes que –en efecto- han sentido una merma significativa en ventas. “Aquí se está afectando la confianza del consumidor. No es por la marcha, sino por todo el ambiente de incertidumbre, que se ha ido agudizando desde la pasada semana”, señaló.
En cuanto a los establecimientos que decidieron cerrar, indicó que en muchos casos incurren en gastos porque compran tormenteras o paneles para proteger puertas y vitrinas, o se ven precisados a pagar por servicios de seguridad.
Para el presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), Jorge Argüelles, el efecto negativo del ambiente actual de la Isla, es la inestabilidad, la frustración y el miedo, que paraliza a las personas y las saca de su comportamiento habitual, lo cual incluye las compras. “En la Isla impera un ambiente de consternación e incertidumbre que impacta a todos los niveles económicos, no solo el comercial. El impacto en el sector comercial, así como el turístico, trasciende las manifestaciones”, comentó Argüelles, a quien también le preocupa que se desaliente el ambiente inversor.
En tanto, la chef y empresaria Rosa M. García Flores, propietaria de la empresa Criolite, con operaciones en San Juan, Caguas y Ponce, urgió a la clase política a devolverle la paz y la tranquilidad al pueblo de Puerto Rico. “Es nuestro mayor deseo continuar en crecimiento. Sin embargo, esta situación por la que está pasando Puerto Rico ha provocado malestar, incertidumbre y desesperanza colectiva que ha comenzado a afectar la actividad económica, poniendo en riesgo las operaciones de miles de pequeñas empresas, así como los empleos”, manifestó.
“Es imperativo resolver esta situación de inmediato... Hago un llamado a los dirigentes del País, para que asuman su responsabilidad con el pueblo puertorriqueño, nos devuelvan la paz y confianza para lograr un mejor Puerto Rico para todos”, declaró García Flores.
FUENTE: elvocero.com