El Departamento de Salud reportó este lunes una muerte adicional por COVID-19 y 649 nuevos casos positivos confirmados.
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El Departamento de Salud reportó este lunes una muerte adicional por COVID-19 y 649 nuevos casos positivos confirmados.
La agencia detalló que la víctima mortal es una mujer de 79 años que residía en la región de Bayamón, cuyo fallecimiento ocurrió el 23 de abril. Con este deceso, el total de muertes a causa del virus ascendió a 2,265.
Aparte de los 649 nuevos casos confirmados, Salud también informó 210 casos positivos probables y 707 casos positivos sospechosos adicionales. Estos contagios reportados entre el 10 y 24 de abril aumentaron los casos confirmados a 113,861, mientras que los casos probables son 15,342 y los sospechosos 113,598.
La totalidad de casos confirmados fue ajustada al sumar ocho previos al 10 de abril. Igualmente, el total de casos probables sufrió cambios al restar 148 que tuvieron una prueba molecular y sumar 25 previos al 10 de abril. Asimismo, ajustaron la totalidad de casos sospechosos tras restar 32 que tuvieron una prueba molecular positiva y cuatro que dieron positivo en una prueba de antígenos.
Sobre la vacunación, Salud aseguró que hasta el 25 de abril habían administrado 1,719,379 dosis que se dividen entre 990,948 personas con al menos una dosis y 778,911 con la seria de dosis completadas.
Según Salud, el término de caso positivo confirmado hace referencia a los contagios cuyo resultado fue validado mediante una prueba PCR (molecular). El caso probable es aquel cuyo resultado positivo a la enfermedad se obtuvo mediante prueba de antígenos. Mientras, los casos sospechosos, también conocidos como resultados de anticuerpos, son aquellos que arrojaron positivo a la prueba serológica, y no tienen una prueba molecular o antígenos positiva.
Además, Salud explicó una muerte confirmada por COVID-19 corresponde al deceso de una persona con una o más pruebas moleculares positivas. La muerte probable es aquel deceso de un paciente que fue diagnosticado con COVID-19 mediante una prueba de antígenos o que su su cuadro clínico reúne los criterios para creer que padecía de COVID-19, pero nunca tuvo una prueba molecular o de antígenos para detectar el virus. Mientras, la muerte sospechosa se refiere al fallecimiento de una persona en la que se detecta un anticuerpo específico en suero, plasma o mediante una prueba serológica con su sangre.
FUENTE: elnuevodia.com
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