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SUSCRIBITESegún ese reporte televisivo por primera vez, la isla enfrenta en este verano la circulación de dos arbovirosis con una evolución inicial muy parecida en los pacientes, como el dengue y el Oropouche
ecinos del barrio marginal la EMCE en Marianao, La Habana, sufren desde hace tres años sin una solución una laguna de aguas albañales que se inunda con las lluvias mientras pone en riesgo la salud de sus pobladores, especialmente de los niños, quienes han sufrido dengue, vómitos y erupciones en la piel.
Así lo reporta la televisora oficialista local, Canal Habana.
La laguna de aguas albañales con la que tienen que convivir estos cubanos en Marianao afecta también su salud justo en momentos en que autoridades de Salud Pública en Cuba reconocen que la fiebre del Oropouche y el dengue están ya en todo el territorio de la isla y hay casos de esas enfermedades en todas las provincias.
Eso sí, pero no revelan ninguna cifra. Aunque las autoridades cubanas no ofrecen datos de cuantos casos hay de Oropouche y el dengue, lo cierto es que la publicación de un reportaje en la televisión oficialista, seguido de una entrevista a Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública, parece mostrar que la situación epidemiológica en Cuba es más compleja de lo que dice el discurso mediático del régimen.
En medio de este panorama epidemiológico en Cuba, El pasado 24 de julio se conoció de la muerte aparentemente por dengue de la periodista, Magda Iris Chirolde López, de 33 años y jefa del oficialista Sistema Informativo de la Televisión Cubana.
Según dijo un enfermero del hospital Clínico Quirúrgico, Freyre de Andrade, de La Habana, al diario 14 y medio, ella falleció en la sala de espera de ese hospital, mientras se deterioraba su salud y le gritaba a sus padres que no quería morir.
Un caso del que aún el régimen no ha confirmado ni desmentido si murió de dengue, que es otra muestra de la crítica situación higiénico sanitaria en el país y cómo sigue haciendo agua la llamada potencia médica entre la escasez de medicamentos, el deterioro del sistema de salud, el envío de médicos a misiones extranjeras y el éxodo de la isla de muchos profesionales de este sector.
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