María Clorinda Rivera Montero, de 66 años, viajaba frecuentemente de Coamo a Santa Isabel a llevarle comida y realizar tareas domésticas en casa de quien fue su expareja, Carlos Manuel Ortiz Figueroa, con quien sostuvo una relación de 15 años.
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SUSCRIBITEMaría Clorinda Rivera Montero, de 66 años, viajaba frecuentemente de Coamo a Santa Isabel a llevarle comida y realizar tareas domésticas en casa de quien fue su expareja, Carlos Manuel Ortiz Figueroa, con quien sostuvo una relación de 15 años.
En la mañana del lunes, 27 de febrero de 2023, el hombre de 73 años asesinó, en su residencia en la urbanización Lomas del Expreso, a Rivera Montero con un arma de fuego para la que tenía licencia, en circunstancias que aún son investigadas por la Policía, informó a El Nuevo Día el capitán Daniel Justiniano, director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Ponce.
Luego de perpetrar el feminicidio, Ortiz Figueroa llamó a su exesposa, una teniente retirada de la Policía, y le dijo “Maté a María y me voy a matar yo”, relató Justiniano. La mujer inmediatamente alertó a las autoridades, pero al llegar el hombre ya se había quitado la vida con la misma arma homicida, un revólver calibre .38.
Según la investigación que realizan agentes del CIC de Ponce, la pareja no tuvo ningún incidente reportado de violencia doméstica basada en género. “No había tampoco órdenes de protección solicitadas contra ellos ni contra otras parejas”, aseguró el capitán.
Justiniano informó que las autoridades constantemente realizan campañas para informar sobre los patrones de violencia machista y que, recientemente, se han enfocado en orientar a las personas que están alrededor de esa relación de violencia, para que también puedan acudir a procurar recursos de ayuda y apoyo para personas inmersas en los ciclos de violencia.
“Como familiar, usted puede ir y buscarle ayuda. Usted puede ir y alertar a la Policía; o ayudar a solicitar una orden de protección, como familiar, como patrono también”, reiteró.
Tres de las cuatro víctimas son mayores de 60 años
Entre las cuatro víctimas mortales de la violencia de género en lo que va del año, tres han sido mujeres de mayores de 60 años.
Previo al feminicidio de Rivera Montero, el 1 de enero fue asesinada Carmen Torruella Santiago, de 60 años, a manos de su esposo en Trujillo Alto. La semana pasada, la maestra Ivette Vélez Flores, de 61, fue asesinada a balazos y el principal sospechoso es su esposo, con quien compartió la mitad de su vida.
Para la doctora Irma Lugo Nazario, coordinadora del Observatorio de Equidad de Género, es un dato que definitivamente destaca porque también fueron mujeres que sostuvieron relaciones largas con los feminicidas. Entiende que pese a que “sabemos que las mujeres adultas mayores vienen sufriendo la violencia”, muchas veces las presiones familiares y culturales dificultan salir de relaciones violentas.
“Hay que trabajar con las familias, con los entornos, con las comunidades, para que ayuden a apoyar y proteger a esas víctimas, porque ellas están viviéndolo y puede haber traumas y amenazas. [...] Esa psiquis de quien está viviendo la violencia es bien diferente al entorno”, reiteró.
Asimismo, destacó que, aunque el dato es preocupante, no es algo que no se haya visto antes, su organización ha contabilizado casos similares. Sin embargo, ahora se suelen conocer porque se tiene una concienciación mayor de la violencia machista. “Antes no existían los términos de violencia doméstica, violencia de género”.
De acuerdo a un opúsculo de la Coordinadora Paz para las Mujeres, algunos indicadores de abuso emocional a adultas mayores son: señales de depresión, cambios de apetito, pérdida de contactos sociales, apatía, ansiedad y confusión.
La doctora Lugo Nazario sugirió como forma de respuesta la prevención y educación, desde una mirada interdisciplinaria. Dijo que “es un cambio generacional”, que debe impulsarse.
FUENTE: elnuevodia.com
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