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Ana Belén Montes

Espía Ana Belén Montes llega a Puerto Rico y critica el embargo contra Cuba

Ana Belén Montes, ex analista de inteligencia de Defensa de Estados Unidos que pasó más de dos décadas en la cárcel por espiar para el régimen cubano llegó a Puerto Rico, como había adelantado el pasado jueves América Noticias.

americateve | Mario J Pentón
Por Mario J Pentón

Belén Montes, de 66 años, es puertorriqueña de origen. Fue liberada el seis de enero de la prisión FMC Carwswell de Fort Worth, Texas. Según un comunicado enviado por su abogada, Linda Backiel, la espía manifestó su alegría “de tocar suelo borincano de nuevo”.

“Tras dos décadas bastante agotadoras y ante la necesidad de volver a ganarme la vida, quisiera dedicarme a una existencia tranquila y privada. Por lo tanto, no participaré en ninguna actividad mediática”, indicó Montes, de acuerdo con un reporte del diario El Nuevo Día.

La espía -considerada la más importante de las infiltraciones del régimen cubano en el Pentágono- volvió a criticar el embarco económico contra la dictadura más longeva del continente.

“Animo a los que desean enfocarse en mí a que, en cambio, se enfoquen en temas importantes, como los serios problemas que enfrenta el pueblo puertorriqueño o el embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba”, indicó.

Las autoridades señalaron que Montes fue reclutada por la inteligencia cubana cuando trabajaba en la oficina de Libertad de Información en el Departamento de Justicia entre 1979 y 1985, y se le pidió que trabajara en alguna agencia de la que pudiera obtener información más útil para la isla.

Se cree que Belén Montes será acogida por su prima, Miriam Montes Mock, quien llevó el caso de Ana Belén Montes ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas y ha establecido una mesa para pedir su liberación. La espía, por su parte, sigue empeñada en defender al régimen cubano.

“¿Quién en los últimos 60 años ha preguntado al pueblo cubano si ellos quieren que los Estados Unidos les imponga un embargo asfixiante que los hace sufrir?”, dijo en su comunicado.

“Yo como persona soy irrelevante. No tengo importancia, mientras que existen problemas graves en nuestro terruño mundial que reclaman atención y una demostración de amor fraternal”, agregó Montes.

Montes debe aún cumplir otros cinco años de libertad supervisada. Además tiene prohibido trabajar para gobiernos, tampoco puede contactar sin permiso a agentes extranjeros. Asimismo, su acceso a Internet estará bajo monitoreo, de acuerdo con lo establecido por el juez Ricardo Urbina, quien la sentenció a 25 años de cárcel por sus actividades de espionaje, que causaron un profundo daño a la seguridad nacional y pusieron en riesgo a este país.

Un funcionario del Departamento de Estado dijo a América Noticias que su liberación obedecía a que había cumplido el tiempo previsto en prisión y en ningún caso a alguna negociación con el régimen cubano.

Los medios estatales del régimen cubano publicaron una escueta nota oficial sobre el tema dando cuenta de la liberación de la espía. Por otra parte, nunca hicieron una campaña masiva pidiendo su libertad, en contraste con la de los cinco espías de la Red Avispa.

"El daño es increíblemente extenso", ha dicho Peter Lapp, ex alto oficial del FBI, quien fue uno de los captores de Montes el 21 de septiembre de 2001, cuando fue arrestada en las instalaciones de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) en Washington, DC., donde se desempeñaba como analista principal de inteligencia sobre asuntos cubanos.

En 1997 Montes redactó un documento destinado al Pentágono donde aseguraba que Cuba tenía capacidad militar limitada y por lo mismo no significaba una amenaza real para los Estados Unidos, un objetivo político clave para el dictador Fidel Castro.

Montes pasó incluso al régimen de La Habana información ultra sensible acerca de un programa secreto de la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), sobre el empleo de satélites en la inminente invasión a Afganistán en octubre del 2001. El grado de secretismo de este programa fue tal que los fiscales no pudieron usar esa información como evidencia durante el juicio contra la espía.

En su extraordinario libro True Believer: Inside the Investigation and Capture of Ana Montes, Cuba's Master Spy, el oficial de seguridad y contraespionaje de la Agencia de Inteligencia del Pentágono Scott Carmichael detalla las actividades y motivaciones de Montes que la llevaron a espiar para la dictadura cubana.

americateve | Mario J Pentón
Por Mario J Pentón

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